miércoles, 17 de julio de 2013

Invitaciones



 Mientras repasaba las mejores frases de mi serie de televisión favorita, para decidir cuál postear en mi muro; me quedé pensando en lo raro que es el mundo de Facebook.
Cuando abres tu cuenta por primera vez, lo que más deseas es que tu lista de amigos crezca lo más rápido posible, no vaya a ser que crean que eres un rechazado social. A los pocos días, te encuentras que recibes invitaciones de amigos de tus amigos; lo cual no te parece malo, te convences que este tipo de espacios sirven para conocer gente nueva y ganar una visión más amplia de la sociedad. Así que los aceptas.  

Después de dos años de tener tu cuenta y una lista de amigos respetable, te encuentras con más invitaciones, obviamente de personas que jamás habías visto en la vida, chicas voluptuosas o chavos con sonrisa Colgate. Si eres novato, les das aceptar para eventualmente darte cuenta que son perfiles falsos (debí sospechar que Jennifer Aniston no estaría interesada en ser mi amiga), y terminas eliminándolos de tu cuenta, tu vida y memoria interna.

Hasta ahí todo va bien. Te sientes seguro de tu experiencia en las redes sociales; sabes a quién aceptar y a quién no, lo cual resulta en un baja de molestas notificaciones enviadas por gente desconocida. Todo ha acabado, ¿o no?

Tal vez nunca los sospechaste pero, ¿recuerdas a los amigos de tus amigos que te agregaron?, ¿crees que lo hicieron por tu gran popularidad, carisma y encanto personal? Iluso, en realidad sólo te quieren porque necesitan más herramientas para su granja, regalos para sus mascotas o ingredientes para sus restaurantes; sí, en pocas palabras: más invitaciones.

“Daniela te ha invitado a jugar a Ciudad Gatuna”, “Javier necesita de tu ayuda, únete a Muñecas Mafiosas”, son algunas de las invitaciones que ahora te llegan por el simple pecado de quererte demasiado y pensar que eres popular. Lo peor de todo e que no puedes eliminarlos, sería una grosería hacerle eso a la amiga, prima, vecina o compañera de trabajo de tu amigo, primo, vecino o compañero de trabajo; ¿si vemos la enorme telaraña que se logró tejer?

Si eres tolerante, aprendes a vivir con eso. Empiezas a vivir en paz junto a los obsesionados con Candy Crush y su búsqueda interminable de vidas. Ya no te molestan las llamadas de urgencia por un balde de agua para un gato virtual. Cuando por fin lograste ignorar todas esa invitaciones molestas, llegan las páginas de amigos que se les ocurrió hacer una en contra de Belinda y su imitación de Frida Kahlo o el que se siente bien gracioso reposteando chistes que todos hemos visto más de una vez. ¿En verdad necesitan tanta atención?

Pero eso sí, ahí seguimos, entrando cada 15 minutos a Facebook, con la esperanza de encontrar algo interesante. Al parecer no podemos ignorar ese cuadrito rojo que nos indica que tenemos una notificación nueva, por más que intentemos no mirar nuestra computadora o celular, ese ícono rojo se vuelve lo único que puedes ver y terminas cediendo ante la presión y entras a FB; aún sabiendo que el 90% de las posibilidades es que sea sólo una invitación más a un juego donde puedes preparar tu propio sushi o una petición para darle like a la nueva página de fans de Justin Bieber.

                  
                                                                                                                                     Nos olemos luego.
#PerroAndaluz

No hay comentarios:

Publicar un comentario